La experiencia transformadora de practicar la agroecología de manera sostenible en un mes de contacto directo con el terreno
En Vall de Almonacid, la tierra se ha convertido en maestra para tres jóvenes aprendices que han decidido sumergirse en el mundo agroforestal durante un mes y han aprendido los entresijos de un oficio en el que hace falta que se incorpore mucha más gente joven.
A través de unas prácticas enriquecedoras, estos jóvenes han descubierto la importancia de trabajar la tierra, valorarla y vivir la experiencia de cultivarla con respeto por el medio ambiente. Desde el primer día se sumergieron en la diversidad de tareas forestales que se desarrollan en Vall de Almonacid y su término municipal, manejando todo tipo de herramientas y maquinaria con destreza y siguiendo las pautas ofrecidas por los técnicos forestales que estaban a su servicio para enseñarles.
A lo largo de este mes de aprendizaje, los tres estudiantes han sido testigos de la complejidad y la belleza de la naturaleza, aprendiendo valiosas lecciones que van más allá de los conocimientos técnicos. Con la realización de trabajos forestales de limpieza y la tala de pinos para acondicionar el paisaje han comprendido que trabajar y mejorar la tierra es mucho más que una profesión, es un compromiso con la naturaleza, con la comunidad y con el futuro del planeta y, en este caso, también de nuestra localidad.
Los tres jóvenes estudiantes dejaron Vall de Almonacid mucho mejor de lo que lo encontraron. ‘Sembraron la semilla’ para proteger el suelo ayudando a preparar el terreno para replantar y poner en valor el ecosistema forestal de Vall. Su experiencia sirve como un recordatorio poderoso de que la conexión con la naturaleza es esencial para el bienestar humano y el futuro sostenible de nuestro planeta.